Qué es la regla del 72

A día de hoy, existen un sinfín de claves y consejos para mejorar nuestros hábitos de ahorro, sólo es cuestión de informarse para saber cuál es la que mejor se adapta a nuestras condiciones personales. La regla del 72 es una de estas ideas que se puede aplicar a nuestras finanzas personales.

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Hay un modelo muy famoso que ayuda a casi todo tipo de usuarios a lograr el éxito en el ahorro, y es la regla del 72. Está claro que en el momento en que decidimos dar un paso más allá con nuestros ahorros y convertirlos en un fondo de inversión, por ejemplo, nuestro máximo objetivo es conseguir sacarla la mayor rentabilidad posible. Respecto a este tema, algo que causa bastante confusión y que muchos de nosotros no solemos saber con exactitud, es el tiempo estimado necesario para obtener cierto tipo de rentabilidad.

Cómo aplicar la regla del 72

Aquí es donde entra en juego esta técnica, ya que nos va a ayudar para realizar una estimación, muchas veces acertada, sobre el tiempo necesario para alcanzar los objetivos que nos hayamos propuesto. Por supuesto, no se trata de ningún milagro financiero ni dispone de un 100% de éxito, pero hay que tener en cuenta que en el mundo de las finanzas nada es completamente seguro, y si alguien quiere hacernos creer lo contrario, está mintiendo.

El uso de esta estrategia es claramente sencillo. Lo que debemos hacer es dividir el interés que posee el producto de ahorro o inversión que deseamos contratar, entre 72, lo que equivale a la cantidad de años que son necesarios para duplicar el capital que teníamos. Como se puede comprobar, es una forma muy sencilla de conocer una aproximación muy cercana del tipo de rentabilidad que podemos obtener.

Como mencionamos anteriormente, hay que tener en cuenta que no es una ciencia exacta, pero en el caso de querer acceder a un depósito al 1%, si aplicamos esta famosa operación, veremos que tardaremos alrededor de 72 años para poder duplicar nuestro capital. Una cantidad de años desorbitada que no interesa, por lo que rápidamente lo podremos descartar y buscar uno mejor. 

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Obviamente, si queremos cumplir las previsiones que nos proporciona la regla del 72, debemos mantenernos esa cantidad de años con el mismo producto, si cambiamos ya no será lo mismo y tendremos que volver a realizar la operación. Lo más adecuado en estos casos es mantener una rentabilidad media esperada, si bien se puede optar por realizar este mismo cálculo cada X tiempo a medida que el producto vaya evolucionando.

Sin lugar a dudas, estamos ante un método a través del cual entenderemos por completo el valor que tiene un interés compuesto en nuestro objetivo de sacar rentabilidad a nuestro capital. Cuanto mayor sea el interés compuesto, menos tiempo tardaremos en conseguir duplicar los beneficios. Esta es la principal clave del ahorro o de un producto de inversión, y por desgracia no solemos proporcionarle la importancia que se merece.

Por otro lado, y como ya hemos mencionado a lo largo del post, es necesario tener en cuenta que no se trata de un milagro financiero, y que por lo tanto puede fallar. De hecho, la regla del 72 no tiene en cuenta la inflación sobre el valor de nuestro dinero.

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