3 cosas que los padres deben enseñar a sus hijos sobre economía

Salvo casos excepcionales la educación financiera no se incorpora de manera clara a los sistemas educativos, si a esto le sumamos que en el ámbito de la educación familiar no se considera durante la infancia del niño un elemento importante la explicación es evidente. Sin embargo, desde la infancia hay cosas sobre economía que los padres debieran ser capaces de enseñar a sus hijos.

Y es que parece razonable que si nos preocupamos por su educación general también tratáramos de ayudar desde la infancia a no tener que enfrentarse con el mundo del dinero a través de la prueba y fallo con la que desafortunadamente tan acostumbrados estamos a relacionarnos.

Educación financiera para niños

Aunque hay más conceptos que pueden ir incorporándose paulatinamente a esta educación financiera familiar, realmente existen tres cosas sobre las que se debiera incidir siempre, incorporándolas al resto de conceptos de educación general con los que trabajamos con nuestros hijos, de manera que les proporcionamos un armazón básico para poder aumentar su cultura financiera y tener una mejor adaptación al paso a la responsabilidad financiera personal.

 Si se gasta ya no vuelve

Este es uno de los conceptos más complejos con el que tendremos que trabajar. En una era como la actual, de consumismo absoluto, la percepción inicial del dinero por parte de los niños no tiene futuro ni pasado, se trata simplemente de un medio a través del cual pueden conseguir cosas sin cuestionarse el origen o el destino de dicho medio.

Este concepto es básico, aprender el valor del dinero, la procedencia del dinero y sobre todo el no retorno que el consumo produce, son elementos que van a ayudar mucho a los niños a valorar lo que tienen, algo que desgraciadamente hoy en día es difícil de inculcar, aunque desde luego no imposible. Existen muchos medios y explicaciones para acercar estos conceptos, pero la práctica es probablemente la culminación perfecta, una práctica en la que el niño deba incluso gestionar una pequeña cantidad de recursos destinada a sus gastos… obviamente los padres deben ser inflexibles en no multiplicar esa partida de gastos cada vez que esta se agota, sino respondiendo a un patrón concreto.

La deuda es su peor enemigo

A pesar de los momentos en la vida en los que la deuda es razonable, por ejemplo al inicio de una carrera profesional, cuando se adquiere una primera vivienda…resulta mucho más adecuado partir de un concepto un poco más radical y transmitir el hecho de lo negativo de acumular deuda. Existen un gran número de ejemplos prácticos destinados precisamente a tratar de explicar a los niños por qué la deuda no es buena amiga de las finanzas personales, se trata de adecuar al carácter de cada niño la enseñanza: en algunos casos se podrá hacer de manera directa con sus propias asignaciones o recursos, en otros será a través de ejemplos prácticos pero siempre en la misma dirección, la morosidad y la economía personal a crédito es un gran enemigo al que no poco economistas califican como la moderna esclavitud de los países desarrollados.

No hace falta mucho para poder ahorrar

El ahorro, más en los tiempos actuales y las previsiones de futuro, debiera ser también un elemento presente dentro de estas nociones básicas de economía para transmitir a los niños. Sigue existiendo una cierta sensación de que ahorrar (o invertir) sólo puede ser realizado por aquellos a los que técnicamente les sobra el dinero, esto ya se ha demostrado como un error por supuesto, pero transmitirlo sigue siendo igual de importante ya que aún la cultura del ahorro asociada a las finanzas personales no está tan extendida como debiera.

Realmente la infancia es un momento perfecto para tratar de explicar cómo,poco a poco y sin grandes cantidades. a lo largo del tiempo realmente el ahorro (y más adelante la inversión) se puede convertir en un elemento muy importante de estabilidad en el futuro, pero también, como el dinero bien manejado puede producir más dinero y cómo el dinero mal manejado puede llegar a costar mucho dinero.

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