nvertir a corto plazo no tiene nada que ver con hacerlo pensando en el largo. Si solo vas a mantener tu dinero durante uno o dos años, la prioridad cambia por completo: no se trata de buscar grandes rentabilidades, sino de proteger el capital y evitar sustos. Lo importante aquí es elegir productos sencillos, con condiciones claras y que te permitan dormir tranquilo.

Qué tener claro si vas a invertir a corto plazo
Antes de lanzarte a cualquier producto conviene que te pares a pensar un momento. Primero, define para qué quieres ese dinero dentro de uno o dos años. No es lo mismo destinarlo a la entrada de una vivienda que reservarlo para un viaje o como colchón ante imprevistos. Cuanto más claro lo tengas, mejor podrás encajar el producto adecuado.
El segundo punto es la liquidez. Si existe la mínima posibilidad de que necesites el dinero antes de tiempo, busca una opción que no te penalice demasiado por retirarlo. Aquí es donde muchos se equivocan: aceptan condiciones sin leer la letra pequeña y acaban perdiendo parte de lo ganado por una cancelación anticipada.
También tienes que medir tu tolerancia al riesgo. Con plazos tan cortos, una caída inesperada puede dejarte sin margen de recuperación. Y no olvides los costes, porque en productos aparentemente seguros se esconden comisiones y condiciones que reducen la rentabilidad real.
Productos que encajan con horizontes de 1-2 años
Con el escenario actual, donde los tipos de interés siguen ofreciendo oportunidades moderadas, los productos más interesantes son los que priorizan la seguridad. Estos son los que mejor encajan si tu horizonte de inversión es corto:
- Depósitos a plazo fijo: fáciles de entender y sin sobresaltos. Hoy se encuentran ofertas por encima del 2 % TAE, lo que ya empieza a ser interesante si buscas certidumbre.
- Depósitos combinados: mezclan parte en depósito y parte en fondo. A cambio de aceptar esa condición puedes conseguir rentabilidades superiores, aunque tienes que asumir un poco más de riesgo.
- Fondos de renta fija a corto plazo: invierten en bonos de vencimiento próximo y permiten algo más de flexibilidad. No esperes grandes saltos, pero ayudan a mantener el valor del dinero sin sobresaltos.
- Letras del Tesoro: vuelven a ser una opción atractiva. Con plazos de 3, 6 o 12 meses te dan seguridad, transparencia y condiciones claras.
Cada producto tiene ventajas y riesgos. Los depósitos y las letras te garantizan tranquilidad, pero limitan la rentabilidad y no siempre te permiten sacar el dinero antes sin coste. Los fondos de renta fija ofrecen algo más de flexibilidad y rentabilidad, pero están expuestos a movimientos de tipos de interés. Y los depósitos combinados pueden mejorar los números, aunque añaden un nivel de complejidad y riesgo adicional.
Lo importante es que ajustes tu elección a tu situación personal. Si lo esencial es no perder ni un euro, céntrate en depósitos tradicionales o letras. Si estás dispuesto a asumir un poco más de riesgo para arañar rentabilidad, los fondos de renta fija a corto plazo o los combinados pueden tener sentido. En cualquier caso, recuerda que en un horizonte de 1-2 años no se trata de hacerte rico, sino de mantener estable tu dinero y, si es posible, sacarle un pequeño rendimiento.