Nace una nueva entidad financiera. O mejor dicho, se recicla. Se trata de CaixaBank, que nace de la decisión tomada el Consejo directivo de La Caixa, mediante la cual ha aprobado su transformación en banco convirtiendo Criteria en CaixaBank. La Caixa tendrá el 81,1% de las acciones, mientras que el 18,5% restante corresponderá a los actuales 310.000 accionistas minoritarios de Criteria y el 0,4% a los empleados del grupo La Caixa.
La Caixa traspasará su negocio bancario a CaixaBank, que también agrupará el negocio de los seguros de la entidad y las participaciones en bancos internacionales y en gestoras de instituciones de inversión colectiva, así como las de Telefónica y Repsol. Al igual que su predecesora Criteria, también cotizará en bolsa.
Por su parte, La Caixa como entidad continuará siendo una Caja de Ahorro, manteniendo su Obra Social. La Caixa contará con las participaciones industriales de Gas Natural Fenosa, Agbar, Abertis y las dos sociedades de Port Aventura, que agrupará en un holding no cotizado junto a sus negocios de actividad inmobiliaria (Servihabitat, Metrovacesa y Colonial).
CaixaBank nacerá con un ‘core capital’ del 10,9%, el más alto de los grandes grupos bancarios españoles, y un valor contable de 20.600 millones de euros, según los cálculos de La Caixa, que incluyen que Criteria realice una emisión de bonos convertibles de hasta 1.500 millones que se colocarán a través de la red de La Caixa.
Se estima que la operación se culminará entre junio y julio, y se trata sin duda de uno de los mayores hitos en la reforma de las cajas de ahorro exigida por el Gobierno. Esta movida supondrá un giro para el sistema financiero español, y es esperable que el ejemplo dado por La Caixa en su reorganización sea copiado por otras cajas de ahorro.