¿Cómo funcionan los planes de pensiones?

Al igual que buena parte de los países europeos y anglosajones, las dudas sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones público como consecuencia de la evolución demográfica en España, han estimulado el recurso de muchos ciudadanos a los planes de pensiones privados. Pero, ¿qué son y cómo funcionan los planes de pensiones? . Un plan de pensiones es un instrumento financiero de ahorro para la jubilación. Independientemente del tipo de plan por el que se opte, estos consisten siempre en una serie de aportaciones periódicas o puntuales realizadas por un inversor para su gestión por parte de profesionales del sector financiero. Así, dichos ahorros pueden generar rendimientos a través de inversiones de distintos niveles de riesgo, que en el momento de la jubilación podrá ser rescatados. o ante otras circunstancias (jubilación o situación asimilable, fallecimiento, invalidez permanente total para realizar el trabajo habitual o absoluta, dependencia severa o gran dependencia, enfermedad grave, desempleo de larga duración, rescate de aportaciones con al menos 10 años de antigüedad, a partir del 1 de enero de 2.025).

La cuantía y periodicidad con la que el inversor recupera sus ahorros dependerá del de la decisión del inversor.

En cuanto a las tipologías de planes y sus características, existen los planes de pensiones individuales, que el inversor puede adquirir por cuenta propia, y los planes de pensiones de empleo, a los que contribuyen tanto la empresa como el empleado. Mientras los primeros se pueden traspasar hacia otros planes sin ningún tipo de coste ni implicación fiscal, en los planes de pensiones de empleo no podrán movilizarse los derechos consolidados del plan mientras se mantenga la relación laboral.

Según la ley española, la aportación máxima que un inversor puede realizar cada año será la menor de las siguientes cantidades: 8.000 € o el 30% de los rendimientos netos del trabajo y actividades económicas (pero estas cantidades pueden variar dependiendo de las circunstancias personales), ya sea como consecuencia de aportaciones periódicas o puntuales. No obstante, el inversor no está obligado a realizar aportaciones y éstas pueden suspenderse y reanudarse siempre que lo desee. Por otra parte, en ciertos casos que obedecen a la situación económica del cónyuge, se permitiría al inversor aportar hasta un máximo de 2.500 € al plan de su esposo o esposa. También en caso de minusvalías físicas o psíquicas existen criterios excepcionales que alzan el umbral de aportaciones hasta los 24.250 €.

Una importante decisión a la hora de decidirse por un plan y escoger entre las posibilidades que ofrece el mercado, tiene que ver con el tipo de rentabilidad que deseamos obtener. Mientras que los planes de renta fija prevén inversiones de bajo riesgo y menores ganancias, los de renta variable poseen las características opuestas. Por este motivo, muchos expertos aconsejan combinar ambos según la evolución de las rentas generadas por el trabajador. En general, la proporción de activos a renta variable ha de ser mayor cuantos más años falten hasta la jubilación, mientras que ha de reducirse cuando ésta se vaya acercando.

  • Por último, a la hora de rescatar su plan de pensiones, se puede realizar una sola operación en la que se obtiene todo el dinero (Rescate en forma de capital), o bien rescatarlo en forma de renta, es decir, obteniendo una cantidad periódica de dinero. También es posible la fórmula intermedia, recibiendo en un primer momento una cierta cantidad, a la que sigue después una renta periódica. Otra opción de rescate puede ser en forma de pagos sin una periodicidad regular. Son prestaciones que aun no siendo consideradas como capital, tampoco tienen la consideración de rentas y que a efectos prácticos y tributarios, computan como cobros de capital.
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