Es un secreto a voces la premisa que dice que, a mayor rentabilidad ofrecida, mayor riesgo. Esto significa que mientras mayor sea la rentabilidad prometida, mayor será también el riesgo que esta conlleva, pudiendo en algunos casos no solo no obtener la rentabilidad ofrecida sino incluso se podrá perder dinero de acuerdo al tipo de inversión.
En este sentido, podemos decir que la tasa de retorno a largo plazo (esto es, la rentabilidad probable) aumenta casi en la misma proporción que el riesgo, siendo aquella rentabilidad probable aunque no segura. Pero vamos explicando término por término.
La tasa de retorno o tasa interna de retorno (TIR) de una inversión, está definida como la tasa de interés con la cual el valor actual neto o valor presente neto (VAN o VPN) es igual a cero. El VAN o VPN es calculado a partir del flujo de caja anual, trasladando todas las cantidades futuras al presente. Es un indicador de la rentabilidad de un proyecto, a mayor TIR, mayor rentabilidad.
En cuanto al Riesgo Financiero, a grandes rasgos podemos decir que se refiere a la probabilidad de ocurrencia de un evento que tenga consecuencias financieras negativas para una organización. El concepto debe entenderse en sentido amplio, incluyendo la posibilidad de que los resultados financieros sean mayores o menores de los esperados.
Volviendo a lo nuestro, les acercamos un cuadro donde ilustraremos las distintas inversiones disponibles y en que lugar de la gráfica se encuentran en cuanto a riesgo y tasa de retorno. Por otra parte, también graficamos las equivalencias de las notas de las calificadoras financieras.